DOLORES DE MENTA Limpiar la zona del diente afectado. Enjuague bien la boca con agua tibia o use hilo dental para desalojar cualquier alimento que pueda verse afectado. Si el dolor persiste, comuníquese con APDO y lo atenderemos lo antes posible. Es importante que no coloques aspirina ni calor sobre la encía o sobre el diente dolorido. Si la cara de su hijo está hinchada, aplique compresas frías. DIENTE PERMANENTE LLAMADO Si es posible, encuentre el diente. Manéjelo por la corona, no por la raíz. Puede enjuagar el diente sólo con agua. NO limpie con jabón ni manipule el diente innecesariamente. Si el diente no está fracturado, intente reinsertarlo en el alvéolo. Haga que el paciente sostenga el diente en su lugar mordiendo una gasa o un paño limpio. Si no puede reinsertar el diente, transpórtelo en un vaso que contenga saliva o leche del paciente, NO agua. Comuníquese con APDO de inmediato ya que el tiempo es un factor crítico para salvar el diente. DIENTE DE LECHE QUITADO A diferencia de un diente permanente, el diente de leche no debe reimplantarse debido a un posible daño al diente permanente en desarrollo. En la mayoría de los casos, no es necesario ningún tratamiento; sin embargo, debe comunicarse con APDO y hablar con un especialista en odontología pediátrica sobre la situación particular de su hijo. DIENTE PERMANENTE Astillado / Fracturado El tiempo es un factor crítico en esta situación. Comuníquese con APDO de inmediato para ayudar a reducir la posibilidad de infección o la necesidad de un tratamiento dental extenso en el futuro. Antes de acudir a nuestra consulta, enjuáguese la boca con agua y aplique una compresa fría para reducir la hinchazón. Si puedes encontrar el diente roto, tráelo contigo.

Los dientes de los niños comienzan a formarse antes del nacimiento. Ya a los cuatro meses, los primeros dientes primarios (o de leche) que salen a través de las encías son los incisivos centrales inferiores, seguidos de cerca por los incisivos centrales superiores. Aunque los 20 dientes primarios suelen aparecer a los tres años, el ritmo y el orden de su erupción pueden variar. Los dientes permanentes comienzan a aparecer alrededor de los seis años, comenzando con los primeros molares y los incisivos centrales inferiores. A la edad de ocho años, generalmente se puede esperar que los cuatro dientes primarios inferiores (incisivos centrales y laterales inferiores) y los cuatro dientes primarios superiores (incisivos centrales y laterales superiores) hayan desaparecido y los dientes permanentes hayan ocupado su lugar. Los siguientes dientes permanentes comenzarán a salir alrededor de los 9 o 10 años. Este proceso continúa hasta aproximadamente los 21 años. Los adultos tienen 28 dientes permanentes, o hasta 32 incluidos los terceros molares (o muelas del juicio).

Una buena higiene bucal elimina las bacterias y los restos de comida que se combinan para crear caries. En el caso de los bebés, utilice una gasa húmeda o un paño limpio para limpiar la placa de los dientes y las encías. Evite acostar a su hijo con un biberón lleno de cualquier otra cosa que no sea agua. Para los niños mayores, cepillarse los dientes al menos dos veces al día. Además, vigila la cantidad de snacks que contienen azúcar que les das a tus hijos. La Academia Estadounidense de Odontología Pediátrica recomienda visitas cada seis meses al dentista pediátrico, a partir del primer cumpleaños de su hijo. Las visitas de rutina prepararán a su hijo para una vida de buena salud dental. También es posible que desees considerar tratamientos con flúor o selladores protectores. Se pueden aplicar selladores a los molares de su hijo para evitar las caries en superficies difíciles de limpiar.

La succión es un reflejo natural y los bebés y niños pequeños pueden utilizar los pulgares, dedos, chupetes y otros objetos para chupar. Puede hacerlos sentir seguros y felices, o brindarles una sensación de seguridad en períodos difíciles. Dado que chuparse el dedo es relajante, puede inducir el sueño. Chuparse el dedo que persiste más allá de la erupción de los dientes permanentes puede causar problemas con el crecimiento adecuado de la boca y la alineación de los dientes. La intensidad con la que un niño se chupa los dedos o los pulgares determinará si se pueden producir problemas dentales o no. Los niños que apoyan pasivamente los pulgares en la boca tienen menos probabilidades de tener dificultades que aquellos que se chupan el dedo vigorosamente. Los niños deben dejar de chuparse el dedo cuando sus dientes frontales permanentes estén listos para erupcionar. Por lo general, los niños dejan de hacerlo entre los dos y los cuatro años. La presión de grupo hace que muchos niños en edad escolar dejen de hacerlo. Los chupetes no sustituyen a chuparse el dedo. Pueden afectar los dientes esencialmente de la misma manera que chuparse los dedos y los pulgares. Sin embargo, el uso del chupete se puede controlar y modificar más fácilmente que el hábito del pulgar o los dedos. Si tiene dudas sobre chuparse el dedo o usar un chupete, comuníquese con Amarillo Pediatric Dentistry. ALGUNAS SUGERENCIAS PARA AYUDAR A SU HIJO A DEJAR DE CHUPARSE EL DEDO: Los niños suelen chuparse el dedo cuando se sienten inseguros. Concéntrese en corregir la causa de la ansiedad, en lugar de chuparse el dedo. Los niños que succionan para sentirse cómodos sentirán menos necesidad cuando sus padres los consuelen. Recompense a los niños cuando se abstengan de mamar durante períodos difíciles, como cuando están separados de sus padres. Si estos métodos no funcionan, recuérdeles a los niños su hábito vendando el pulgar o poniéndole un calcetín en la mano por la noche.

Los padres suelen estar preocupados sobre el rechinar de dientes nocturno, también llamado bruxismo. A menudo, el primer indicio es el ruido que crea el niño cuando rechina los dientes mientras duerme. O bien, los padres pueden notar desgaste (los dientes se acortan) en la dentición. Una teoría sobre la causa implica un componente psicológico. Estrés por un nuevo entorno, divorcio, cambios en la escuela; etc. pueden influir en el niño para que rechine los dientes. Otra teoría se relaciona con la presión en el oído interno durante la noche. Si hay cambios de presión, como en un avión durante el despegue y el aterrizaje, cuando la gente masca chicle, etc. para igualar la presión, el niño triturará moviendo la mandíbula para aliviar esta presión. La mayoría de los casos de bruxismo pediátrico no requieren ningún tratamiento. Si hay un desgaste excesivo de los dientes (desgaste), entonces puede estar indicado un protector bucal. La buena noticia es que la mayoría de los niños superan el bruxismo. El rechinar disminuye entre los 6 y los 9 años y los niños tienden a dejar de rechinar entre los 9 y los 12 años. Comuníquese con uno de nuestros especialistas en ortodoncia y odontología pediátrica de Amarillo para obtener más información.

Cuando un niño comienza a participar en actividades recreativas y deportes organizados, pueden ocurrir lesiones. Un protector bucal que le quede bien ajustado es una pieza importante del equipo deportivo que puede ayudar a proteger la sonrisa de su hijo y debe usarse durante cualquier actividad que pueda resultar en un golpe en la cara o la boca. Los protectores bucales ayudan a prevenir dientes rotos y lesiones en los labios, la lengua, la cara o la mandíbula. Un protector bucal de Amarillo Pediatric Dentistry & Orthodontics correctamente ajustado permanecerá en su lugar mientras su hijo lo use, lo que le facilitará hablar y respirar.

El cepillado de dientes es una de las tareas más importantes para una buena salud bucal. Sin embargo, muchos tipos de pastas y esmaltes dentales pueden dañar las sonrisas jóvenes. Esto se debe a que contienen abrasivos fuertes que pueden desgastar el esmalte de los dientes jóvenes. Cuando busque una pasta de dientes para su hijo, asegúrese de elegir una recomendada por la Asociación Dental Estadounidense, como se muestra en la caja y el tubo. Estas pastas de dientes han sido sometidas a pruebas para garantizar que sean seguras de usar. ​ Utilice sólo una pequeña cantidad de pasta de dientes (del tamaño de un grano de arroz) para cepillar los dientes de un niño menor de tres años. Para niños de tres a seis años, use una cantidad de pasta de dientes del tamaño de un guisante y realice o ayude a su hijo a cepillarse los dientes. Recuerde que los niños pequeños no tienen la capacidad de cepillarse los dientes de forma eficaz por sí solos. Los niños deben escupir y no tragar el exceso de pasta dental después del cepillado. ​ Si tiene alguna pregunta, no dude en comunicarse. Un especialista en ortodoncia y odontología pediátrica de Amarillo siempre está disponible para ayudarlo.